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Cronología 1945 - 1951
1945-1951 La libertad de viajar Estancia en Haití (1945-1946) Reencuentros con Breton En 1945, Wifredo y Helena son invitados en Haití por Pierre Mabille, entonces nombrado consejero cultural de la Francia libre. Son convidados a la inauguración del Instituto francés de Haití, concebido en 1941 por Jean Price-Mars y por el etnólogo Jacques Roumain, para promover la diversidad cultural. Mabille constituyó una biblioteca donde son consultables los libros de Éluard, Desnos, Aragón, Vercors, Gorki, Neruda, Maiakowski, Lenin, Prévert, Picasso, Métraux, Césaire… Wifredo y Helena llegan a finales de octubre con obras para poder montar una exposición. Son rápidamente reunidos por André Breton, venido para una gira de conferencias, acompañado por su nueva esposa, Elisa Claro. Después de las ceremonias del 7 de diciembre, numerosos artistas y escritores haitianos organizan reuniones, cada viernes en el café de Savoy, durante toda su estancia. En enero de 1946 se inaugura, en Puerto Príncipe, la exposición de las obras de Lam en el Centro de arte, abierto dos años antes por el norteamericano Dewitt Peters. El catálogo es prologado por Breton con « La noche en Haití ». La exposición es un triunfo. Magloire Saint-Aude y Hector Hyppolite son seducidos. Este acontecimiento permite sobre todo el desarrollo de los artistas populares y de los pintores naifes que serán, desde entonces, regularmente acogidos en el Centro. Vudú y revolución En el curso de su estancia, Lam se da cuenta a qué punto Cuba y Haití deben llevar el mismo combate. Desde 1945, la esperanza que la caída del fascismo puede conducir a la caída de las dictaduras y de los regímenes autoritarios del continente americano es un pensamiento recurrente. Pero es en Haití dónde ve una insurrección en vivo. El clima de rebelión, latente bajo el régimen dictatorial de Élie Lescot, a sueldo de los Estados Unidos desde 1941, va a encender Puerto Príncipe en el mes de enero. Después de la publicación del discurso de Breton que se opone abiertamente « a todas las formas de imperialismo y de bandolerismo blanco », la revista es confiscada por las autoridades. Los líderes fueron detenidos y perseguidos. Toda la juventud se moviliza alrededor de Gérard Bloncourt, René Depestre, Jacques Stephen Alexis, y manifiesta. El ejército interviene, derrocando el gobierno de Lescot, pero exiliando a los estudiantes revolucionarios. Todo esto desata una campaña de difamación contra Breton, declarado persona non grata, y sobre todo contra Mabille, tratado de espía a sueldo de Cuba y de México. Mientras tanto Lam, Breton y Mabille asisten a ocho ceremonias vudús – un culto sin embargo prohibido por decreto desde 1935 – también a un bembé (una fiesta de la religión de los loas en honor de Yemaya, con tam-tames, cantos y bailes). El pintor fue fascinado. Encuentra a las posesiones « salvajes » y « prodigiosas », mucho más impresionantes que en Cuba. Breton, por su lado, se muestra mucho más reservado al respeto. Están de vuelta en Cuba a principios de abril para asistir a la inauguración de la primera exposición personal de Lam, en el Lyceum de La Habana, dónde Mabille da una conferencia. A pesar de este reconocimiento, Lam se muestra impaciente de ganar Europa al fin liberada. Pasará solamente dos meses en La Habana. Lejos de su taller, pinta poco aquel año. Cuba-Nueva York (1946-1951) Descubrimiento de Nueva York y estancia parisina decepcionante (1946) A finales de junio de 1946, Wifredo hace escala en Nueva York. La ciudad más grande que jamás ha visto, iluminada por una luz cristalina, inmaterial, pero muy pictórica. Anunciado por Breton, es acogido por Marcel Duchamp y Jeanne Raynal que le presentan a Nicolas Calas, Roberto Matta, Isamu Noguchi, Arshile Gorky, Robert Motherwell, Sonia Sekula, David Hare, Gerome Kamrowski, Frederick Kiesler… Un primer contacto bajo el signo de los encuentros y de la amistad. Encuentra al compositor John Cage, un explorador en el campo de la música contemporánea. Embarca el 9 de julio para Europa y llega a París después de 6 años de ausencia. La euforia será breve. Fue sorprendido por el ambiente: encuentra, de un lado, un mundo pictórico dominado por la imposición del « realismo socialista » y, del otro, el agotamiento del surrealismo, considerado como un « idealismo contra-revolucionario ». Si ve de nuevo, con mucho gusto, a Picasso o Breton, éstos no son del mismo borde. Picasso se unió al PCF en 1944. Breton tiene la voz amordazada. En junio, participa a la exposición de la Galería Pierre para ayudar a Antonin Artaud. Es, sin duda, en esa ocasión que conoce a René Char. El poeta está maravillado por el universo del artista y emocionado de encontrar a este hombre que le aparece refinado y sutil. Comparten hazañas – Lam al lado de los republicanos españoles, Char en la resistencia francesa – y un mismo sentimiento: la necesidad de la acción primando sobre el arte. El pintor vuelve a encontrar con alegría a Césaire, quién le invita calle del Odeón donde se reúnen, cada domingo, Loeb, René Ménil, René Depestre. Encuentra allí a Jean Cassou, conservador en jefe del Museo nacional de Arte moderno. Césaire, el poeta, entró en política, sin renegar su inspiración. Wifredo presenta Michel Leiris al alcalde de Fort-de-France y diputado de la Martinica en los rangos del PC. Lam prefiere escaparse del medio parisino. Se va a pasar una temporada en Cannes, antes de irse a Alemania e Italia para ver cómo quedó Europa, de cada lado del « frente ». A su vuelta, Asger Jorn se encuentra en París, con un proyecto de revista de arte internacional, que le presenta a Picasso, luego a Pierre Loeb y por fin a Breton, de regreso de los Estados Unidos. Éste se muestra reticente delante de tal proyecto de fusión del surrealismo y del arte abstracto – como Jorn lo entiende, espontáneo y coloreado – en el seno de un nuevo movimiento danés. Breton presenta Jorn a Lam, quién es seducido por este hombre voluntario que luchara toda su vida para una libertad total del arte. Jorn dirá haber sido profundamente marcado por los cuadros del cubano, con el cual comparte también un gusto profundo por la música. Lam prefiere regresar a Cuba y volver a trabajar. En su equipaje trae esculturas africanas – kota, dan, baoulé, bambara, dogon – y un hacha de piedra de Oceanía. Resplandor desde Cuba (1947-1948) En cuanto Lam vuelve a trabajar en su taller, pinta la serie Canaima. Éste nombre evoca la región sudeste de Venezuela que Carpentier está a punto de recorrer para el periódico El Nacional, pero es ante todo el título de una novela del venezolano Rómulo Gallegos. El autor, quién la escribió durante su exilio en España (1935), describe la selva de su país, los bosques de árboles a caucho, exaltando la causa aborigen. Gallegos será elegido presidente de Venezuela el año siguiente, pero rápidamente destituido por la junta, debido a sus ideas progresistas. Para los amerindios, Canaima es un dios frenético, principio y causa de todo malo que puede aparecer en la sabana. El estilo de Lam se hace más incisivo. Evoluciona hacia el esoterismo, al mismo tiempo que el arte africano o de Oceanía ocupa una posición más grande en su obra. Mientras que Helena hace una escapada sola en Nueva York, en el verano de 1947, y que encuentra a nuevos amigos, Lam prosigue sus creaciones en Cuba. Debe participar a una exposición del otro lado del océano: los surrealistas organizan la primera gran exposición parisina desde 1938. Ésta, está concebida como un camino iniciático. Lam envía una litografía para el catálogo y, para el laberinto, un altar dedicado a la « Cabellera de Falmer », una reliquia extraída de los Cantos de Maldoror (Lautréamont). Lam prepara una exposición personal en la galería Pierre Matisse de Nueva York. También sostiene, de lejos, la movilización de algunos amigos suyos. En París, Césaire y Leiris forman parte del comité de patronato de la nueva revista Presencia africana, fundada por Alioune Diop. Se trata de promover África o más bien las Áfricas (negra, antillana, francófona) y de hacer revivir una cultura forzada al silencio durante mucho tiempo. Signo, para Lam, que el mundo poscolonial está en marcha hacia las independencias. Después de un invierno cubano, Wifredo pasa el verano de 1948 en Nueva York, dónde Helena encontró trabajo y decidió instalarse definitivamente. Son alojados en casa de Jeanne Raynal y Erwin Nuringer. Posiblemente, se interesa por el renacimiento de Edgar Varese, un amigo de Duchamp y de Picasso, que daba entonces conferencias sobre la música del siglo XX. Wifredo y Noguchi visitan a Arshile Gorky el día anterior a su suicidio (21 de julio). Nueva etapa en casa de Tanguy que recibe al pintor y arquitecta Naum Gabo, a Frederick Kiesler y a la artista María Martin que les ha sido presentada por Breton y Duchamp. Es la obra de Lam – expuesta en la galería Pierre Matisse –, que incitará a Pollock a estudiar el arte de los amerindios. De regreso a Cuba, en noviembre, Lam participa activamente, con otros artistas, a la creación de Agrupación de Pintores y Escultores Cubanos (APEC). Por todas partes dónde trabaja, Lam trata de crear comunidades de artistas. Estos encuentros americanos estimulan al pintor, así como las noticias procedentes de Europa sobre los acontecimientos artísticos. Se entera por Asger Jorn de la creación de CoBrA. Un agrupamiento de artistas nórdicos que preconizan la libertad y la espontaneidad, el internacionalismo y el carácter pluridisciplinar. También es un arte comprometido que se considera social pero que disocia el compromiso político de las búsquedas artísticas… lo que conviene bien a Lam, siempre comprometido pero sin afiliarse jamás a un partido porque no acepta ninguna prohibición. Participa individualmente a las actividades CoBrA. Su producción no es tan abundante en 1949 como en los años anteriores, pero queda impregnada de la cultura oral afrocubana. Conversa con Fernando Ortiz que prepara la primera monografía ilustrada del pintor: Wifredo Lam y su obra vista a través de significados críticos. Un texto importante de Pierre Mabille sobre el génesis de su obra aparece en Magazine of Art. Si la situación política local no evoluciona mucho, el pintor estuvo probablemente atento a la proclamación, el 1ro de octubre, de la República popular de China, después de dos años de guerra civil. Cerámica y separación (1950) Separados geográficamente desde dos años, Lam y Helena están a punto de divorciarse. En Cuba, el año 1950 es productivo para el artista: Wifredo se ejercita en la cerámica, en el taller de Santiago de Las Vegas, con Mariano Rodríguez, Amelia Peláez y René Portocarrero. Después de la publicación de la monografía de Ortiz, el gobierno cubano decide concederle al pintor una beca para ir a estudiar el desarrollo del arte moderno en los Estados Unidos, en Francia y en Italia. Lo que le promete algunas estancias en el extranjero. Desde el fin de la guerra, no está quieto. Para él, los viajes son unos caminos exploratorios tan culturales que amistosos. Mientras tanto, se mantiene informado sobre las últimas publicaciones de sus amigos. Lam es marcado por el Discurso sobre el colonialismo de Césaire y por los « Textos antillanos » de Leiris. Anne Egger (Traducíon Peggy Bonnet Vergara) |